viernes, 29 de julio de 2011

Jesús Guzmán prueba su valía



El infielder se ha convertido en el mejor bateador de los Padres de San Diego desde que fue promovido de ligas menores, a mediados de junio

Jesús Guzmán se adapta para sobrevivir. Es lo que ha hecho durante toda su carrera. Firmado originalmente como shortstop, debió emigrar a otras posiciones por sus problemas defensivos y desde entonces no ha encontrado un lugar fijo en el campo. Con el bate ha sido otra la historia. En cada liga en la que ha competido la ofensiva ha sido su principal herramienta y, ahora mismo, es esa faceta de su juego la que le tiene casi a diario en la alineación de San Diego.

El utility ligó el jueves de 2-2, incluido su cuarto jonrón de la temporada, en la victoria de los Padres, 4-3, contra Arizona, y mejoró a .542 (24-13) su promedio en el Petco Park, considerado un paraíso para los lanzadores. Ahora se ha embasado en ocho de 10 juegos en la casa de los religiosos, desde el que 16 de junio fue ascendido desde el Tucson, triple A. Hasta ahora, el cumanés no ha encontrado dificultades para ajustarse a un entorno radicalmente opuesto al de las menores.

“No es fácil. Nada es fácil cuando estás en las grandes ligas”, aseguró vía telefónica. “He intentado mantener el mismo trabajo duro que hago donde quiera que esté”.

Guzmán, de 27 años de edad, es un veterano de ocho zafras en las sucursales de Seattle, Oakland, San Francisco y San Diego, con un promedio vitalicio de .305.

Sólo que en su primera experiencia en la gran carpa, con los Gigantes en 2009, apenas golpeó de 20-5 en 12 desafíos. Nunca tuvo la oportunidad de exhibir su principal atributo. Esta vez las cosas han sido diferentes. Es el mejor del equipo con un average de .329 -más .372 de OBP, .616 de slugging y un OPS de .988- desde que subió y en ese lapso se convirtió en el único miembro del club en sumar dos partidos con cuatro carreras producidas en la temporada.

“En este momento me siento muy cómodo. Estoy tratando de ajustarme al pitcheo y las cosas están saliendo bien. Pienso que la diferencia con relación a mi primer año aquí, con San Francisco, ha sido la consistencia y la posibilidad de estar en acción a menudo. Esa continuidad me permite observar más a los lanzadores y conseguir los pitcheos que puedo batear con solidez".

Guzmán ha participado en 29 desafíos, 17 desde la voz de “play ball”, 12 de ellos en la inicial, cuatro como designado y uno en el leftfield.

“Cuando no estoy jugando practico en todas las posiciones en las que puedo desempeñarme (tercera, primera y los jardines). Lo hago con mucha intensidad. Cuando veo que estoy en la alineación intento relajarme un poco y concentrarme en lo que vendrá. Esa es mi rutina. Siempre trato de estar listo”, destacó Guzmán, que ayer elevó a 17 sus impulsadas.

“Estar listo” incluye cuando se encuentra en la banca. El primero de sus cuatro jvuelcarecas fue como bateador emergente, el 24 de junio.

“Repito no es fácil, pero estoy un poco más tranquilo. Me han dado más tiempo para adaptarme y siento que me he ganado la confianza del manager (Bud Black)”.

Black consiguió en Guzmán una alternativa en su lineup después que la gerencia colocara en asignación a Jorge Cantú y por los problemas ofensivos del prospecto Anthony Rizzo, de 21 años de edad, además de la lesión que sufrió Brad Hawpe.

El reto de Guzmán será regresar en 2012. San Diego posee mucha profundidad y juventud en la inicial y la antesala, donde el venezolano ha actuado en los últimos años en ligas menores. En esa base los Padres cuentan con James Darnell (AAA), Jedd Gyorko (AA) y Edinson Rincón (A).

En este instante Kyle Blanks se desempeña en primera, como sustituto de Hawpe, y Rizzo sigue siendo una importante apuesta a futuro. Detrás siguen Matt Clark, Cody Decker y Nate Freiman, todos de 24 años de edad.

“Todavía falta mucho terreno por recorrer. Esto es día a día. No puedo preocuparme por el próximo mes o el próximo año. Eso escapa de mis manos. Sólo trato de probar lo que valgo, cuando me dan la oportunidad”.


Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 29 de julio de 2011

domingo, 24 de julio de 2011

Francisco Martínez confía en su talento


Martínez asistió el Juego de Estrellas del Futuro junto con los mejores prospectos del beisbol

El prospecto de Detroit es un trabajador incansable y  asegura que no desmayará hasta uniformarse de grandeliga y emular a su ídolo Miguel Cabrera 



Francisco Martínez no saca cuentas sobre su arribo a las mayores. “Llegaré cuando esté listo”, asegura. Aunque su reciente selección al Juego de Estrellas Futuras señale que su promoción está cerca y en las proyecciones de Baseball America aparece como regular de Detroit en 2014.
“Es un paso importante que te inviten al Futures Game y todo lo que dicen de mí, pero pienso que son sólo incentivos para seguir trabajando duro. Es lo único que me ayudará a lograr la meta de llegar a las grandes ligas”.
Hasta ahora ha pasado con éxito las pruebas a las que ha sido sometido. Al departamento de desarrollo de peloteros de los Tigres le gusta mover con cierta rapidez, a través de su sistema de granjas de la organización, a los peloteros con el perfil de Martínez. Esta temporada el mirandino, catalogado como el cuarto mejor prospecto de los bengalíes, comenzó con el Erie, de clasificación doble A, pese a sus 20 años de edad y a que nunca había participado en más de 89 encuentros o consumido más de 374 turnos en niveles inferiores. El resultado no pudo ser mejor. Atraviesa por la que se perfila como la mejor campaña en su carrera.  
Llegó al receso de mitad de temporada con un OPS de .740 OPS, casi 100 puntos porcentuales por encima de su media, y siete cuadrangulares, una marca personal.
“En lo que lleva de carrera (tres zafras y media), no ha mostrado un swing que vaya a explotar como un genuino bateador de poder. Pero pienso que será un tercera base que conectará muchos dobles, batazos entre los pasillos, y empujará alrededor de 100 carreras, con un average por encima del promedio (.290-.300)”, opina Josma Robles, que dirigió a Martínez en su primera temporada como profesional, en la Venezuela Summer League (2008).
“Como tercera base tiene un gran alcance, capacidad de reacción, un brazo educado y una capacidad atlética que le permitiría jugar en posiciones tan complicadas como el campocorto o el jardín central. Además su velocidad de piernas puede permitirle robar entre 20 y 30 bases, si lo dejan. Corre las 60 yardas en 6,6 segundos. Una virtud poco común en esa posición”, agrega Robles.
En este momento la gran esperanza de Detroit en el tercer cojín es Nick Castellanos, quien firmó en la primera ronda del draft de 2010 por 3,45 millones de dólares, un récord para el club. Más allá de él, no parecen existir mayores obstáculos para el venezolano. Brandon Inge fue colocado en asignación por sus problemas ofensivos y Wilson Betemit, adquirido de Kansas City, luce como una salida circunstancial.
“No habrá problemas para que Francisco termine de desarrollarse. De hecho mucha gente cree que está listo para dar el paso a las grandes ligas. Es un joven muy centrado, que sabe la responsabilidad que tiene en sus manos. Es un profesional”, enfatizó Robles.
Martínez no deja mal parado a su primer mentor. “Le doy gracias a Dios por la temporada que estoy teniendo. Al principio tuve que hacer ajustes. Llegué tarde a los entrenamientos por un inconveniente con la visa de trabajo y trabajé extra para mejorar el swing contra varios pitcheos (quebrados) que me estaban haciendo daño. He mejorado. Sólo es cuestión de experiencia. El resto es talento y siento que tengo suficiente para jugar en las grandes ligas”.
Cuando eso ocurra estará al lado de su ídolo, Miguel Cabrera. “Miguel es único, pero me esfuerzo para parecerme a él, porque cuando llegue espero quedarme. No volver a las menores”.
 
Con Magallanes
Luis Blasini, gerente deportivo del Magallanes, quiere a Francisco Martínez con el equipo en la 2011-2012. “Lo vi jugar en tres partidos seguidos en doble A y creo que está listo para jugar aquí. He estado hablando con Detroit al respecto. Claro, todo dependerá en dónde termine el año”, asegura el ejecutivo.
“Sería una gran alegría”, sonríe Martínez. “(José) Altuve y (Martín) Pérez me han dicho que es una gran experiencia jugar con Magallanes”.
En principio se alternaría la esquina caliente con Mario Lisson.



Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 24 de julio de 2011

lunes, 18 de julio de 2011

Félix Hernández quiere ser más consistente

Hernández aspira a tener una segunda mitad similar a la de 2010


Atrás quedaron las festividades del Juego de Estrellas y el “Rey” se enfoca en la segunda mitad de la temporada. El as de Seattle trabajará en el comando de la recta
 
Félix Hernández sonríe cuando, rodeado por periodistas, alguien pregunta sobre la posibilidad de ganar por segunda temporada seguida el premio Cy Young. “Claro. Todo pitcher quiere hacerlo y trabajo para lograrlo, espero tener un buen remate en la segunda mitad”.
Antes de iniciar una cruzada épica similar al cierre de campaña de hace un año, el as de los Marineros de Seattle aspira a corregir algunos detalles con los que no estuvo a gusto entre abril y mediados de julio.
“Tuve una primera mitad regular, porque no fui consistente. En ocasiones perdí el comando de mi recta. Cuando tengo la recta con buen comando, el resto de los pitcheos se ven mejores”.
Hernández llegó al Juego de Estrellas de 2010 con récord de 7-5 y efectividad de 2.88, un total de 131 ponches y 48 boletos en 137.2 innings, además de cuatro juegos completos y un blanqueo, mientras que sus rivales le batearon para .228 y 10 jonrones. Antes de su primera apertura de la segunda mitad en 2011, exhibía foja de 8-7 y un promedio de 3.19 carreras limpias, con 140 abanicados y 43 pasaportes en 144.0 capítulos, más dos desafíos completos sin lechadas, en tanto que sus rivales le golpearon para .228 con 9 vuelacercas.
Este año sus estadísticas lucen casi como una copia al carbón del anterior. A simple vista no explican la notable diferencia en efectividad, más allá de la apreciación del lanzador sobre la recta.
“No reviso mis números. Veo la efectividad porque sale en la televisión. Pero no observo videos, ni leo reportes. Nada. Tengo éxito por mis virtudes, no por las debilidades del rival. Lo que deseo mejorar es mi agresividad. Sigo atacando a los bateadores, es la manera como lanzo, pero me estoy abriendo mucho en mi movimiento, eso hace que pierda el comando en la recta y me resta agresividad”.
Entonces ¿Cuál será la clave en lo que resta de calendario? En 2010 la discusión sobre la posibilidad de llevarse el Cy Young comenzó a mediados de agosto. Esta vez debe apurar el paso por el tópico de la efectividad.
“Voy a corregir esos detalles durante las sesiones de bullpens. Espero que la segunda mitad sea igual o mejor que la del año pasado. Lo importante es cómo termine”.
Mientras consigue el ritmo con el que asombró a todos hace un año, sonríe. No avizora dificultades en el camino que comienza a transitar. Es un hombre que asume los retos con la seguridad y convicción de su talento.

La Corte del Rey
En mayo de este año un grupo de aficionados creó la Corte del Rey, iniciativa que tuvo tanto éxito que toda la sección 150 del Safeco Field fue seleccionada por la gerencia del club para ubicar a los seguidores de Félix Hernández, que desde su debut en 2005 es apodado el “Rey”. En pocos meses, los súbditos han comenzado a ocupar tres secciones y las entradas se agotan una semana antes de cada presentación del carabobeño.
“Es un honor”, asegura Hernández. “Es una locura, de verdad. Ellos son más ruidosos que todo el estadio. Me encanta cada vez que estoy lanzando. Eso me da energía y me motiva. Trato de no dejarlos mal, porque ellos están ahí gritando. Espero que siga creciendo la King’s court”.
 
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 18 de julio de 2011

domingo, 17 de julio de 2011

Chase Field, oasis en el desierto

Una multitud de 47.994 asistió al Juego de Estrellas que fue presentado por primera vez en la ciudad de Phoenix. 
Foto Alexander Mendoza

El imponente parque, que fue construido para el debut de la franquicia de los Cascabeles de Arizona en 1998, fue la sede de la edición 82 del Juego de Estrellas

La fachada principal del Chase Field no impresiona al visitante, si se compara con otros parques de las grandes ligas. Si el partido es vespertino, caminar media cuadra, el punto más cercano al que se puede acceder en taxi, es un ejercicio agotador por el intenso sol de Phoenix y su implacable temperatura que suele rondar los 40° C durante el verano. Así que tampoco resulta agradable, acortar distancia a pie hacia la enorme estructura rectangular.

La impresión cambia radicalmente una vez que se está dentro del recinto, tras dejar atrás la entrada y sus puertas de vidrio. El clima controlado, baja a casi la mitad los grados centígrados del exterior. Otra sensación, la de estar en una suerte de oasis, se apodera del visitante. Un rápido paneo revela una mezcla de lo moderno, tal vez futurístico, con lo rústico y hasta étnico, típico de esa parte de Estados Unidos.
El Chase Field se fundó con la franquicia de los Cascabeles de Arizona en 1998  y a principios de semana se convirtió en el estadio 52 en la historia de las grandes ligas que sirve de escenario al Juego de Estrellas, el primero que se lleva a cabo en Arizona.
La construcción del Chase se inició en 1995, con un costo de 354 millones de dólares, y tomó 28 meses para que los D-Backs pudieran realizar su primer partido (31 de marzo de 1998).
“Las cosas han cambiado mucho desde que jugué en esta ciudad. Era impensable un estadio como este”, comentó el ex grandeliga Dámaso Blanco, que actuó durante cinco temporadas con los Gigantes de Phoenix, filial triple A de San Francisco en la década de los setenta.
Poco más de 40 años después, Blanco, ahora un reputado comentarista de TV, disfrutaba de una de las maravillas del Chase Field: un techo retráctil de acero, de nueve millones de libras, que se abre –o cierra, de acuerdo con las condiciones climáticas–, gracias a un motor de 200 caballos de fuerza, en apenas cuatro minutos y medio.
“Es muy agradable jugar aquí y si el estadio está lleno, la sensación es mucho mejor”, señaló Miguel Montero, receptor de los Cascabeles, que durante la presentación del clásico de mitad de temporada fue ovacionado por las casi 48 mil personas que llenaron buena parte del aforo disponible (48.569 sillas).  
Su imagen saludando apareció en la enorme pantalla LED de alta definición (136x46 pies), que en los más alto del jardín central muestra detalles del partido, estadísticas de los jugadores y resultados de ambas ligas. Otra pantalla LED bordea la base del segundo piso (24x20 pies) conmina a los aficionados a aupar al equipo local.
Un sistema de Wi-Fi gratuito provee a todos los asistentes la posibilidad de conectarse desde cualquier punto, con teléfonos inteligentes o tabletas, y obtener contenidos e información sobre lo que ocurre en el terreno. Algo que permite disfrutar, sin perderse lo que hacen los Cascabeles, del amplio pasillo principal en el que operan franquicias de servicios y cinco tiendas de souvenirs.
“Uno de los mejores parque para ver beisbol en América”, concluyó Luis González, asistente especial a la presidencia de Arizona.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 17 de julio de 2011

sábado, 16 de julio de 2011

Miguel Montero asume el liderazgo en Arizona

El manager Kirk Gibson no para de elogiar al venezolano, que está camino a su mejor campaña en las mayores. El receptor trabaja en la defensiva


El manager Kirk Gibson fue uno de los que más disfrutó en Chase Field ver a Miguel Montero en el dugout de la Liga Nacional, durante el Juego de Estrellas.
“Es una gran oportunidad para ‘Miggy’ de mostrarle a toda la nación lo buen pelotero que es”, dijo el estratega de los Cascabeles, que formó parte de los coaches que acompañaron a Bruce Bochy en la dirección del equipo del viejo circuito.
Gibson sólo tiene comentarios positivos sobre el receptor venezolano, que durante el receso, se convirtió en uno de sus temas favoritos de conversación.
“Nuestra relación es muy buena. (Gibson) sabe que salgo a jugar duro y dar el 100 por ciento. Imagino que esa es la razón de sus palabras. No tengo otra manera de jugar beisbol”.
Montero llegó a la mitad del calendario como el receptor con mejor ofensiva, detrás de Brian McCann, figura de los Bravos, en la Liga Nacional y está camino a eclipsar su récord personal de cuadrangulares (16), en tanto que se encuentra a sólo 14 producidas de su tope (59). Apareció en los primeros 81 encuentros de los Cascabeles y su presencia en la alineación de Gibson cada vez se hace más dependiente de sus oportunos batazos (liga .331/.403/.573 en las victorias del club).
Aunque tal vez lo más importante para caraqueño sea algo que no miden las estadísticas: El liderazgo.
“He madurado bastante. Me siento mejor pelotero que antes. No hablo de condiciones, sino de conocimiento del juego. Saber cuándo hacer las cosas y cómo lograr ventajas. El resto es la confianza, la actitud, el deseo de ganar, de hacer las cosas bien. Tal vez eso se refleje en los otros jugadores y genere respeto. Podemos llamarlo liderazgo, que se refleja a través de mi deseo de ganar, competir. Eso se lo dejo saber a todos mis compañeros. No voy a jugar para perder”.
Ese empuje, en buena medida tiene al modesto Arizona muy cerca de San Francisco, el líder del Oeste.
“Si queremos ganar un juego, entonces en la alineación debe estar Montero”, enfatizó Luis González, asistente especial a la presidencia del equipo.
“Es una satisfacción saber que te estiman y estar aquí (Juego de Estrellas). He trabajado duro para conseguirlo. Pienso que este va a ser el comienzo de muchas cosas buenas”.
Montero, de 28 años de edad, es el tipo de persona que nunca puede quedarse quieta, que siempre empuja al resto.
“Ustedes me conocen es lo que hago. No entiendo este trabajo de otra manera”.

Blanco, el maestro
Antes de la jornada de ayer, Montero sumaba 10 errores en la temporada, una marca negativa en su carrera. La estadística (“siempre veo los números por encimita”) no le preocupa en exceso, pero asegura estar “ocupándose” del tema.
“Siempre hablo con Henry Blanco (catcher suplente, de excelsa defensiva) y me ha ayudado bastante. De verdad que ha sido fundamental en los ajustes que he estado haciendo. Henry siempre ha estado allí para decirme que no pierda mi agresividad, que no todos los errores son por mi culpa. Por mi parte creo que debo ser menos agresivo. Debo dosificarme. No tirar a las bases a lo loco. Es difícil porque soy eléctrico, pero estoy identificando el momento exacto cuando voy lanzar. Eso ayudará”.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 16 de julio de 2011

Héctor Sánchez espera que su bate siga produciendo



Cuando debute será el venezolano 264 que juega en las mayores. El prospecto se encontraba en triple A y fue llamado ayer por los Gigantes de San Francisco

Héctor Sánchez no pudo dormir después de que el manager Steve Decker lo despertara, pasada la media noche del jueves. La noticia que había esperado desde que firmó con San Francisco, cuando era un adolescente, llegó de sopetón, sin previo aviso, como suele ocurrir en la mayoría de los casos.
“Terminamos un partido en Sacramento (sede de los River Cats, filial de Oakland) y ya estaba en el hotel cuando sonó el teléfono. Nunca pensé que se tratara del manager y menos que era para decirme que iba a las grandes ligas”, contó Sánchez, vía telefónica.
“No pude dormir en toda la noche. La llamé a mi familia. Ha sido una gran alegría, porque para eso te esfuerzas día a día”, agregó el receptor, que durante la mañana de ayer viajó a San Diego, donde el club de Bruce Bochy juega una serie contra los Padres.
“En la mañana me llamó Bobby Evans (director de operaciones de beisbol) para felicitarme y darme el itinerario de vuelo”, señaló Sánchez, que inició la temporada en clase A y a mediados del mes pasado fue promovido a los Grizzlies de Fresno, sucursal triple A de los Gigantes en la Liga de la Costa del Pacífico.
El receptor, que batea a las dos manos, fue subido para llenar la vacante de Chris Stewart, que a su vez fue enviado a las mayores cuando Buster Posey se lastimó.
Ahora Sánchez ocupará el lugar en el roster de Pat Burrell, que fue colocado en la lista de lesionados por 15 días, debido a una lesión en el pie derecho.
Lo que obligará a la organización a realizar un movimiento para abrirle un cupo al venezolano en el roster de 40.
De acuerdo con la prensa de San Francisco, es posible que Stewart sea colocado en asignación, porque de lo contrario el equipo tendría que cargar con tres catchers, incluido Eli Whiteside.
“Tengo que esperar llegar al estadio para saber cuál es el plan conmigo, pero sea cual fuere haré lo mismo que he estado haciendo en ligas menores”, destacó el maracayero, que es considerado uno de las mejores caretas defensivas en las granjas de los Gigantes.
Pero tal vez su ascenso tenga que ver con su bate. En cinco años en ligas menores exhibe un promedio vitalicio de .301 y este año, entre el San José y el Fresno, exhibe una buena línea de producción .302/.337/.465, con ocho dobles, 13 jonrones y 58 remolcadas, en 67 desafíos.
“Intentaré adaptarme tan rápido como lo hice en triple A. Nunca antes había estado en ese nivel y me fue bien. Espero que seguir produciendo como lo he hecho antes. Que mi bate hable por mí”, puntualizó Sánchez, de 21 años de edad.
Mientras intentará calmarse, cuando se encuentre por primera vez con sus compañeros.
“No sé cómo será. Imagino que grande como este hotel (San Diego Marriott Hotel & Marina, donde se alojan los Gigantes), enorme. Será grande, cuando esté allí. Seguro que sí”.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 16 de julio de 2011

viernes, 15 de julio de 2011

Pablo Sandoval se fajó por su estatus de estrella

El martes, Sandoval se convirtió en el primer miembro de San Francisco que remolca una carrera en un Juego de Estrellas desde Barry Bonds en 2002

El "Panda" regresó a la élite de los bateadores. El tercera base aspira a mantener el ritmo en la segunda mitad para ver a los Gigantes otra vez en la postemporada

Pablo Sandoval luce con orgullo el anillo de Serie Mundial, que ganó junto al resto de sus compañeros en octubre pasado. Es un lujo del que pocos peloteros pueden ufanarse, pero el “Panda” hubiese querido que llegara a su mano derecha de otra manera, como figura de San Francisco en los momentos importantes.

Sólo que la historia fue otra y, una campaña muy por debajo de su capacidad, lo convirtió en suplente durante el trayecto más importante de la postemporada. Por eso viajó a Arizona, poco después de la celebración de los Gigantes, y comenzó un régimen de acondicionamiento físico que le ayudó no sólo a perder 30 libras (13,6 kilogramos), sino a reencontrarse con la motivación que le llevo a ser uno de los mejores bateadores de las grandes ligas en 2009.
“Atravesé por momentos duros la temporada anterior. Pero regresé con la mentalidad de trabajar fuerte. Las cosas no llegan fáciles. Tienes que ganártelo. Una vez que lo entiendes, vez todo de una manera diferente”, aseguró el Sandoval, uno de los peloteros más felices en Phoenix, por su selección al Juego de Estrellas.
“Lo veo como un premio. Hice muchos sacrificios el año pasado. Es producto del trabajo”, destacó el carabobeño, que el receso de la zafra se entrenó bajo la mirada de Dan O’Brien, un reconocido ex decatlonista de la selección de Estados Unidos, y Greg Oliver, uno de los preparadores físicos de Barry Bonds.
“Todos los inviernos voy a seguir un régimen similar para mantenerse, me hace sentir muy bien”.
Las cámaras registraron a Sandoval delgado, mucho más ágil en el campo y con una mayor conciencia de lo que estaba haciendo en el plato, desde el día inaugural.
“Tienes que madurar, saber que la fama llega rápida pero de igual manera se puede escapar de las manos. Aprendí. El tiempo de ser niño, de bochinchar, lo dejé atrás. Claro, sin perder mi entusiasmo, sin olvidar disfrutar lo que estoy haciendo”.
Sandoval tuvo un sólido comienzo de campaña, que le convirtió en el sostén de la endeble ofensiva de San Francisco. En abril ligó para .313, con 5 jonrones y 14 remolcadas, más un OPS de .913. Estaba de vuelta a la forma de hacía dos temporadas, pero un pelotazo en la mano derecha le obligó a ir al quirófano y perderse seis semanas. De nuevo, aparecieron las dudas.
“Tenía que esperar a mejorarme. Trabajé en eso y lo superé. Todavía me molesta un poco, nada que no puede manejar. Simplemente seguí adelante”.
Nada cambió. Después de regresar inició una racha de 21 partidos con hits --anoche intentaba extenderla-- que incluyó una cadena de nueve encuentros seguidos con extrabases, la más larga para un miembro de los Gigantes desde que Willie Mays tuvo una igual en 1963.
“Imagínate que mi nombre aparezca al lado de un Salón de la Fama. Es un orgullo. Cuando estás en una racha debe ser paciente y creo que ahora estoy mejorando ese aspecto. Veo más pitcheos, tengo mejor average con dos strikes. Y sigo trabajando. Tuve varias conversaciones con Barry Bonds en el receso de campaña y quién mejor que él para ayudarme en el plato. No imaginé estos números, ni me puse metas específicas. Sólo quería hacer mi trabajo, sin presión. Ser feliz y disfrutar mi juego, día a día. Es lo que estoy haciendo”.
Por eso su manager, Bruce Bochy, no dudó en convocarlo al equipo de la Liga Nacional, en el clásico de mitad de calendario, para reemplazar al lastimado José Reyes.
“Eran las 9 de la mañana (del domingo) cuando me despertó. Fue la mejor llamada que he recibo en mi vida", sonrió Sandoval, al recordar el feliz momento. "Estoy disfrutando al máximo porque uno no sabe cuándo puede volver a pasar”.
Todas las gotas de sudor durante su riguroso entrenamiento y voluntad para superar obstáculos, le ayudaron a renovar la membresía en el club selecto de estrellas de las mayores.


Volver al playoff

Sandoval está convencido de que los Gigantes volverán a la postemporada.
“Los aficionados van a seguir sufriendo porque ganamos por una o dos carreras (risas). Pero así jugamos. Yo no me veo como el líder del equipo, como dicen algunos, pero todo mi esfuerzo en la segunda parte es para que volvamos a los playoffs. Sólo tengo que mantenerme saludable”.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 15 de julio de 2011


jueves, 14 de julio de 2011

Phoenix dejó recuerdos inolvidables para los venezolanos

Miguel Cabrera

Tres nuevas estrellas nacieron en el firmamento de las mayores y otras dos volvieron a vivir la emoción del clásico de mitad de temporada. El Chase Field celebró por tres días la fiesta del beisbol 
 
PHOENIX

“Miguel, Miguel”, gritaba una joven, ataviada con una camisa de los Cascabeles, sobre el dugout de home club del Chase Field.

Miguel Montero sólo pudo sonreírle. Un reportero de la cadena Fox 10 Arizona comenzaba a hacerle pregunta, mientras esperaban otras dos televisoras locales.

“No creo que haya hablado tanto con la prensa en apenas dos días”, dijo el receptor de los desérticos, que apenas tres días antes se había enterado que formaría parte del roster de la Liga Nacional en el Juego de Estrellas, como sustituto del lesionado Plácico Polanco.

Los gritos de los aficionados, durante la práctica de bateo del martes, y las entrevistas continuaron hasta que los peloteros de ambas ligas, regresaron a los clubhouses para colocarse los uniformes, poco antes de la edición 82 del clásico de mitad de temporada.

Miguel Montero (derecha) junto a Yadier Molina
“Hoy sentí que me trataron como una celebridad, como una estrella de Hollywood, cuando estaba en el desfile de la alfombra roja, antes del partido. Fue bonito. Estaba muy emocionado, al lado de mi familia”.

Montero no tuvo turnos esa noche, pero recibió los envíos de Joel Hanrahan y Brian Wilson, que salvó el encuentro para la Nacional, en el noveno inning.

“Hubiese querido batear, pero lo más importante es que no hicieron carreras (el equipo de la Americana). Fue emocionante recibir a dos de los líderes en salvados de la liga Nacional. Muy especial”

Durante la presentación de la escuadra del viejo circuito, Montero fue uno de los peloteros más aplaudidos.

“Fue la ovación más ruidosa que he recibido aquí, porque es la mayor cantidad de fanáticos que hemos tenido en este estadio (47.994 personas). Voy a recordar esto por el resto de mi vida y espero que vengan otras convocatorias al Juego de Estrellas”.

Pablo Sandoval, que se estrenó en el partido de luminarias como sustituto del lastimado José Reyes, conectó un doble y empujó una de las cinco carreras de la Nacional.

“No podía estar quieto mientras esperaba entrar al juego (la oportunidad se dio en el sexto inning por Scott Rolen), corría, me estiraba, hasta que me llamaron. Luego vino el batazo y cuando llegué a segunda no sabía si reír o llorar”, dijo el Panda, que se convirtió en el primer venezolano que debuta en la cita estelar con un extrabase.

Pablo Sandoval comparte con Lance Berkman
“Lo más divertido fue la carrera que pegó (Heath) Bell en el octavo inning, desde el bullpen, para luego deslizarse al llegar al montículo. De eso se trata, de disfrutar”.

El carabobeño llegó al receso de temporada con una racha de 21 encuentros conectando imparables –a cuatro desafíos de igualar la marca para un venezolano que posee Víctor Martínez desde 2009– después de perderse alrededor de seis semanas por una lesión en la mano derecha.

Estoy disfrutando al máximo este momento porque uno no sabe cuándo puede volver a pasar”, señaló.

Asdrúbal Cabrera, otro debutante, se fue de 2-0, pero se desempeñó impecablemente en el campocorto de la Americana. Su nombre ahora aparece como el cuarto shortstop de Venezuela que inicia un Juego de Estrellas, desde que Alfonso “Chico” Carrasquel se convirtió en el primer latino en el choque hace 60 años. Los otros dos son Luis Aparicio, miembro del Salón de la Fama, y David Concepción, el último que lo había hecho en 1982.

Asdrúbal Cabrera
“Estaba muy emocionado cuando recibí el primer pitcheo. Fue algo grande”, dijo el portocruzano, que ocupó el lugar de Derek Jeter. “Realmente no es importante si abres o no, porque el solo hecho de estar aquí es un honor”.

Miguel Cabrera, que acudió a su sexto Juego de Estrellas, la tercera cifra más alta entre los criollos, aseguró que siempre es especial porque “conoces a varios peloteros, que no tienes la oportunidad de ver a menudo”.

El inicialista solo consumió un turno, en lugar del mexicano Adrián González.

Félix Hernández
Félix Hernández, el as de Seattle, vivió el partido con menos intensidad, pero no paró de aupar a sus compañeros. El derecho había lanzado el domingo anterior y eso lo inhabilitaba para estar disponible en el roster de la Americana.

“Estos dos días los pasé súper bien. De verdad lo disfrutamos porque asistieron varios latinos (20) y el ambiente era excelente. Claro, lo que más recordaré es que no pude lanzar”, sonrió el Rey.



Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 14 de julio de 2011